Este análisis de coyuntura
se realizó empleando la metodología de la Sistematización de la Experiencia (SE) con un total de 63
docentes organizados en cuatro (4) mesas de debate respectivamente con un
orientador (organiza el tiempo de participación, presenta las preguntas generadoras y coadyuva a la comprensión del mensaje) y un registrador (transcribe abiertamente el mensaje que cada participante narra). En la mayoría de las mesas se realizaron tanto el
registro abierto (en láminas de bond y con marcadores) como el registro cerrado (en procesadores portátiles).
El Centro Local de Investigación y
Formación Permanente (CLIFP) del Mcpio. Guásimos alberga un total de treinta y
cuatro (37) folios o documentos que se encuentran en proceso de codificación
para un resguardo eficiente.
Sobre el tema 1: Análisis de coyuntura, se tiene
un total de cinco (08) folios. En cuanto los temas 2.1, 2.2, 2.3 y 2.4 se cuenta
con trece (13) folios. Los dieciséis (16) restantes son el registro del tema 3
(véase documento “Orientaciones generales para los congresos municipales”). El
documento que se presenta a continuación se desarrolla a partir de aristas
comunes, puntos de encuentro y convergencia que mediante la oralidad y la
escucha cada participante narró a mediante preguntas generadoras de debate.
Estos puntos de encuentro o aristas temáticas, en perspectiva científica y bajo
la metodología de la SE se reconocen como “categorías”. Se entiende entonces
que en este enfoque investigativo las categorías son producto de la
construcción colectiva a partir de la narración de nuestra propia cotidianidad.
Asumiendo que toda praxis obedece a una teoría.
¿Cuáles son los fenómenos más recientes que están
caracterizando los cambios a nivel mundial?
Existe un quiebre del
sistema económico capitalista que obliga a países imperialistas como los EEUU a invadir
países que tienen riquezas naturales. Todos somos víctimas de daños ecológicos
que se manifiestan a través de fenómenos naturales. Pareciera que Venezuela no
tiene derecho a ser un país soberano y a auto-determinarse como pueblo y en consecuencia esta
autonomía ha sido sistemáticamente burlada por los imperios mundiales.
Se producen epidemias, enfermedades y
somos víctimas continuas del calentamiento global propiciado por la alteración
de los sistemas de clima y temperatura que el planeta tiene en su propio
equilibrio.
Pero como el sistema capitalista
quiere mantenerse, emplea el aparataje comunicacional mundial para promover
formas de conducta basadas en el consumismo. Estos medios de comunicación o
consorcios de la comunicación reproducen el modelo capitalista basado en la
acumulación y destrucción planetaria. Con esto se tiene que la conducta
predominante y pre-configurada es la del individualismo y este se caracteriza
por un comportamiento insensible ante los demás porque separa del valor de la
solidaridad que nos unifica como seres humanos. La televisión y los medios
proponen modelos de líderes que no transforman esta realidad de mundo que
habitamos.
Aparece Obama con el Nobel de la paz y esto llama la atención porque
la realidad que nos presentan no es auténticamente real. Al reducirnos a la condición de “individuo” ponemos
una barrera, un muro ante los demás y es así como la identidad nacional se
diluye porque esta se configura a través de la construcción colectiva: tenemos
una identidad en la medida en que nos cohesionamos como pueblo alrededor de
nuestras raíces, acervo, lengua y modos particulares
de relacionarnos como venezolanos.
La globalización es un fenómeno que ocasiona
la pérdida de la identidad de los pueblos, nos transculturiza, nos puede
confundir.
Nuestro municipio es muy católico y
basa su historia y sus modos en los valores espirituales del cristianismo. Estos
valores se han venido degradando y si hablamos de que se ha perdido el temor de Dios, nos referimos a que el
sistema individualista, por hacernos egoístas, nos aleja de la común unión o
comunidad: principio sustancialmente cristiano.
¿Cómo estos fenómenos están afectando la vida nacional?
Venezuela en el análisis de la coyuntura actual es un punto de importante atención dado que por una parte se quiere construir un Estado Social basado en nuevas relaciones del hombre con el hombre y de este con la naturaleza y los elementos de producción, pero por el otro mantiene en sus ciudadanos una fuerte tendencia al individualismo. La caotización de la economía del país y los mercados negros están haciendo prácticamente invivibles en términos de calidad de vida. Los alimentos se ven en otras partes, en casas, en calles, pero no están donde deberían estar. El contrabando hacia Colombia de nuestros productos nacionales afecta profundamente porque son productos de prioritaria necesidad. Donde quiera vemos colas largas de personas y de carros para llenar su tanque de combustible.
Este panorama que vemos cotidianamente supone una lucha contra la frustración, desmotivación, angustia y preocupación. Es evidente que estos elementos sirven como catalizadores de la delincuencia, violencia familiar, obligación a mantener un trabajo extra o practicar el “rebusque”. Muchos, ante esta pérdida de los valores recurren a lo que denominamos “bachaqueo”; es decir, practicar el contrabando pasando por la frontera hacia Colombia nuestros productos de primera necesidad: pañales, leche, harinas de maíz, medicamentos, materiales de higiene personal. Y “raspar los cupos”, es decir, realizar una venta ficticia e intercambiar el dólar subsidiado de SIMADI por la moneda colombiana (pesos) y obtener una plusvalía por este intercambio, valiéndonos de la devaluación de nuestra moneda. Es egoísta que un individuo dependa del dólar subsidiado del Estado y se aproveche de su propia moneda devaluada para “resolver”.
A pesar de que en nuestro país se han hecho esfuerzos por una televisión nacional que haga énfasis en la cultura, la paz y nuestra identidad, la globalización persiste a través de sus compañías de cable que siguen transculturizándonos, alimentan la zozobra con noticias amarillistas. La cultura de la acumulación parece permear a todas las capas de la sociedad y observamos corrupción y burocratismo, así como desamor y pérdida de la mística para el trabajo. Por eso existen ciudadanos que no tienen credibilidad y por eso no están dispuestos a participar protagónicamente en la construcción democrática.
En este momento tenemos que asumir un rol ante la posible invasión militar de otra nación a nuestra tierra. Tenemos niños que no quieren cantar el himno y aquí es importante hacer comprender que la patria no es un partido político, sino que somos patriotas porque reconocemos que vivimos en un mismo país. La globalización nos ayudó a abrirnos al mundo pero esta situación nos va a transculturizar si no reforzamos la identidad.